I Oraciones iniciales para los Jueves:
Te ofrezco oh Dios mío:
- Mis pensamientos para pensar en Ti,
- mis obras para obrar según Tu Voluntad,
- mis trabajos para padecerlos por Ti y por la salvación de las almas.
Concédeme la gracia de:
- Purificar la memoria, refrenar la lengua,
- mortificar los sentidos y dominar los sentimientos del corazón.
Haz que procure:
- Obedecer a los superiores, atender a los inferiores,
- sacrificarme por los amigos, perdonar a los enemigos
- y dar a los demás el trato que yo quisiera recibir.
Concédeme Dios mío, conocer:
- Cuan frágil es lo terreno, cuán grande lo celestial,
- cuan breve lo temporal, cuan duradero lo eterno,
- y cuan digno eres Tú de ser amado con todo el corazón y con toda el alma.
Te lo suplico en el nombre de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
II Oraciones por los sacerdotes y vocaciones
Oraciones al Sagrado Corazón por el clero y por las vocaciones sacerdotales
1) Oh Corazón sacratísimo de Jesús, realmente presente bajo las especies Eucarísticas, Te adoramos con fe viva, Te damos gracias de haberTe donado en el Santísimo Sacramento del altar y de haber instituido el sacerdocio, que con las palabras de la consagración, perpetúa Tu real presencia en nuestros altares. Tú donaste a Tus sacerdotes una dignidad altísima, haciéndolos ministros de la Eucaristía. Te lo pedimos, Corazón sacratísimo, que nos inspires un gran respecto y un sincero amor por vuestros sacerdotes; haz que escuchemos dócilmente su voz y aprovechemos de su sagrado ministerio para alcanzar la vida eterna. Así sea.
Padre nuestro… Dios Te salve María… Gloria
2) Divino Salvador Jesucristo, concédenos sacerdotes santos, inflamados en el fuego de Tu amor, totalmente donados a la edificación de Tu Iglesia.
Y Tú, oh María, Madre de los Sacerdotes, Tú que eres la Omnipotencia suplicante, socórrelos a todos, en los trabajos y dificultades en que se encuentran.
Virgen Madre y Reina de los Apóstoles, aumenta en las familias el respeto y el amor al Sacerdocio, suscita nuevas vocaciones sacerdotales y religiosas. Guía, según el amor de Tu Corazón, a nuestros seminaristas, para que luego sean dignos ministros del altar, santos y dedicados pastores del pueblo cristiano. Amén.
- Oración de Juan Pablo II por las vocaciones:
Espírito de Amor eterno, que procedes del Padre y del Hijo, nosotros Te agradecemos por todas las vocaciones de los Apóstoles y de los Santos que fecundaron la Iglesia. Te suplicamos: ¡continúa todavía esa Tu obra!
Acuérdate de cuando, en el día de Pentecostés descendiste sobre los Apóstoles reunidos en oración con María, Madre de Jesús, y mira a Tu Iglesia que hoy tiene especial necesidad de sacerdotes santos, de testimonios fieles y legítimos de Tu gracia; ella necesita de hombres y mujeres consagrados que revelen la alegría de quien vive solamente para el Padre, de quien hace suya la misión y ofrenda de Cristo, de quien, con la caridad, construye el mundo nuevo.
Espíritu Santo, fuente perene de alegría y de paz, eres Tú que abres al divino llamado el corazón y la mente; eres Tú que tornas eficaz todo impulso para el bien, la verdad y la caridad.
Del corazón de la Iglesia que lucha y que sufre por el Evangelio, suben al Padre Tus “gemidos inexpresables”. Abre los corazones y las mentes de los hombres y mujeres jóvenes, para que un nuevo florecimiento de nuevas y santas vocaciones revele la fidelidad de Tu Amor, y todos puedan conocer a Cristo, luz verdadera venida a este mundo para ofrecer a cada ser humano la firme esperanza de la vida eterna. Amén.