El gran historiador de Inglaterra, San Beda Venerabilis, quien también trataría sobre los santos Ángeles en sus comentarios a la Sagrada Escritura y en el capítulo 9 de su Aliquot quaestionum liber4 (El libro sobre algunos problemas), informa en varios pasajes de la biografía del santo monje, sacerdote y obispo Cutisberto, que le era propio desde su juventud, un contacto familiar con los santos Ángeles. En efecto, en el capítulo 2 de su Libro sobre la vida y los milagros de san Cutisberto5 relata la aparición al joven Cutisberto de un Ángel que le aconsejó una medicina para curar su rodilla enferma. En el capítulo 4, san Beda narra que Cutisberto, siendo un joven monje, vio una noche, mientras sus hermanos dormían, toda la región iluminada maravillosamente desde el cielo; con este brillo inesperado observó cómo era llevada al cielo el alma del santo obispo Aidan de Lindisfarne († 31 de agosto de 651), rodeada por multitudes de Ángeles.6

De igual manera, años después, ya convertido en prior y obispo, san Cutisberto fue honrado en diferentes ocasiones con apariciones angélicas: Encontrándose como huésped en el convento de Lindisfarne, una mañana de invierno se le apareció un Ángel en forma de un señor mayor; Cutisberto, aunque no lo reconoció, lo recibió con amabilidad y lo hospedó, siendo por eso recompensado con un llamativo milagro que le hizo exclamar: “Veo que aquél a quien recibí de huésped era un Ángel de Dios que no vino a refrescarse, sino a refrescarme a mí.”7 San Beda añade en este pasaje la siguiente observación: “A partir de entonces, Cutisberto mereció muchas veces ver a los Ángeles, ser llamado y refrescado por ellos.”8

Más adelante, en el capítulo 15, san Beda relata que Cutisberto expulsó de una mujer un espíritu maligno; en el 17, que el santo monje, ya retirado a la pequeña isla Farne como eremita, expulsaba gran cantidad de demonios. Al final, en el capítulo 34 de la biografía, escribe que Cutisberto observó un día cómo el alma de una persona que había muerto en accidente era conducida al cielo por Ángeles.

Los datos que aparecen en el Libro sobre la vida y los milagros de san Cutisberto referentes a él y a sus contactos con los Ángeles buenos y con ángeles caídos, fueron corroborados por otro biógrafo contemporáneo de san Cutisberto, cerca del año 700.